Mindfulness para vidas ocupadas.

 

“Deberías sentarte a meditar 20 minutos todos los días, salvo que estés demasiado ocupado; entonces deberías sentarte una hora”
- Dicho Zen.

Hoy en día, por eso de que “el tiempo es oro” es muy fácil pensar que lo que necesitamos es trabajar más horas, aprovechar los fines de semana al máximo, dormir menos porque al fin y al cabo solo somos productivos cuando estamos despiertos, y que tratemos de hacer más cosas a la vez, y de perfeccionar la famosa multitarea. Pero esto es totalmente contraproducente, hay un estudio de la Universidad de Stanford que concluyó que la multitarea reduce la eficiencia y el rendimiento porque nos guste o no, nuestro cerebro solo se puede concentrar en una cosa a la vez. De hecho otro estudio del Instituto de Psiquiatría de la Universidad de Londres en el que participaron más de 1,100 trabajadores, observó que los que practicaban multitarea veían reducidos su coeficiente intelectual y sus capacidades cognitivas tanto como si hubieran pasado la noche entera en vela.

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Tratar de hacer más cosas de una vez es la fórmula perfecta para conseguir menos. La manera de aumentar el rendimiento, es utilizar el tiempo que tenemos de una forma más eficiente, y aquí es donde nuestra capacidad de estar presentes, de practicar mindfulness durante el día a día juega un papel central. Vamos a ver cómo exactamente y por qué la meditación es el entrenamiento clave.

“La meditación refuerza el acceso a la corteza prefrontal, esa zona más evolucionada de nuestro cerebro donde reside nuestra capacidad de razonar y planificar, y nuestra creatividad”.

Para empezar, el mindfulness y la meditación mejoran la atención y el enfoque, y lo hacen de varias maneras: por un lado al meditar, practicamos no actuar sobre nuestros impulsos, algo que llevado a nuestro día a día nos ayuda a que estemos más a lo que tenemos que estar, por ejemplo, somos más capaces de no mirar el móvil cada 10 minutos o dejar de mirar videos de recetas en el trabajo o de buscar ideas de decoración para el baño... Por otro lado, una gran parte de mejorar la concentración consiste no en nunca distraerse, porque nos vamos a distraer, sino en la capacidad de soltar la distracción y volver lo más rápido posible a lo que estábamos haciendo. Esta es una habilidad esencial que se entrena en la meditación mindfulness, la capacidad de volver.

Además la meditación refuerza el acceso a la corteza prefrontal, esa zona más evolucionada de nuestro cerebro donde reside nuestra capacidad de razonar y planificar, y nuestra creatividad. Al activarse esta zona, somos más capaces de organizarnos mejor el tiempo, de priorizar mejor y de ser más creativos para solucionar problemas.

También se fortalece la agilidad emocional, que es la capacidad de una persona de relacionarse con su experiencia personal de forma que no le impulse a actuar de manera negativa (como ocurre cuando se actúa con ira, o por miedo, o por ansiedad), sino que le permita actuar de la mejor forma posible. Con la meditación exploras esas emociones difíciles y practicas tu respuesta ante ellas, para que cuando surjan en la vida cotidiana, no te arrastren sin control, y no te enfrasques en la reactividad, optimizando así cómo navegas cada situación.

Y para terminar, con la meditación reducimos el tiempo que pasamos rumiando, dando vueltas y vueltas a las historias que nos creamos en la cabeza, pudiendo dedicar más tiempo a solucionar. La rumiación, aparte de suponer un desgaste inútil de tiempo y energía, crea más estrés del que ya normalmente tenemos. Con la meditación aprendes a interrumpir esos procesos de pensamientos repetitivos, u obsesivos, y como consecuencia pierdes menos tiempo y ayudas además regular los niveles de estrés.

Al final, el día tiene las horas que tiene, pero si pensamos en todo el tiempo que nos distraemos con Whatsapp, Instagram, o Facebook, o rumiando, despotricando, criticando… ¿cuánto tiempo perdemos? Mientras que si invertimos 10 minutos al día para meditar, estamos practicando y fortaleciendo las habilidades que necesitamos para hacer que el día empiece a fluir mejor, con más enfoque, con más motivación, con más control… Nosotros pensamos que merece la pena.

Este artículo está sacado de nuestro taller de Espacio Mindfulness “Mindfulness para vidas ocupadas”. Puedes escucharlo aquí, incluida la meditación guiada que lo acompaña.


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